Violencias
No sé quién inventó al pelo lacio como sinónimo de esa tierna armadura que nos conducirá raudos hasta los podios del éxito, del buen amor y el gran pasar, pero en las escuelas públicas –y seguramente también en las privadas–, hay niñas y rulos, niños y rulos, motas de todas las clases que han pasado por la “planchita” y han sufrido la dulzura y el terror de unas madres amorosas: no juzgo a eso malo ni bueno; querer algo supuesto como bueno para los hijos debe ser simplemente querer algo supuesto como bueno para los hijos; pero ¿qué tiene el pelo lacio que no tenga el que no lo es? Es una pregunta vieja y porfiada, pero hace demasiado tiempo que no escucho su insistencia; me parece que la añoro. No sé quién inventó que todo debía tratarse de Nike o de Adidas, pero en las escuela...
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