La privatización de Pluna fue un negocio de viejos conocidos, como el J P Morgan, y otros nuevos, como el Scotiabank, y su derrumbe reedita la fórmula de que el Estado termina pagando los platos rotos. La consultora Ficus Capital, elegida por el entonces ministro Danilo Astori, aparece como el titiritero en las sombras.
Sería ingenuo creer que las principales figuras del gobierno encabezado por Tabaré Vázquez suscribían el axioma de toda privatización, según el cual el Estado siempre es incapaz de gestionar una empresa con la eficiencia del empresariado privado. Sin embargo, ese pareció ser el criterio del ministro de Economía, Danilo Astori, y del de Transporte, Víctor Rossi, cuando en enero de 2007 propusieron la venta de Pluna como única alternativa para cortar la sangría de una pé...
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