A los textos de Lemebel se vuelve cuando un montón de libros empiezan a parecernos “meritorios”. Cuando demasiados discos, películas, obras de teatro empiezan a parecernos “bien”. Se vuelve a leer a Lemebel cuando se está harto de no sentir nada.
Hay más vida en un libro suyo sobre la muerte, más amor en sus textos sobre la violencia, más “hombría” en su universo de maricas, más dignidad en sus personajes humillados, de lo que es posible señalar en una nota que es la noticia de su muerte.
Pedro Mardones Lemebel murió de cáncer de laringe, la única manera que encontró el universo de hacer que se callara de una vez. Es que era un espanto para los amantes de la calma. Un horror para la clasificación y el orden. Un peligro para cualquier regla. Un susto hablante y escribiente y performante sue...
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