Una minitormenta se desató esta semana luego de que tomara estado público la resolución del directorio de Ute de comenzar un proceso de reforma en la estructura gerencial de la empresa. La noticia generó rechazos en la interna del ente y airadas declaraciones de varios políticos de la oposición que –escandalizados porque “al filo del plazo constitucional” y apuntando al déficit fiscal, se estarían “creando 22 nuevos cargos de confianza”– anunciaron que llamarían a los jerarcas de la empresa al Parlamento. La reestructura, que en realidad plantea remplazar los 30 gerentes actuales por un equipo de 22 gerentes superiores, no fue votada por dos de los cinco directores: el colorado José Amy, y la oficialista, asociada al astorismo, Cristina Arca. Sobre las razones del cambio, las repercusiones...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate