Apenas apoyados en un taburete, refugiados en casillas de chapa, expuestos al sol o al frío, parados a la entrada de un supermercado o de un banco, cumplen su horario, a paso de tortuga, buena parte de estos trabajadores.
Es un sector que se despliega en un gran abanico de subrubros: el transporte de valores, la custodia de locales comerciales, de cobranza y bancarios, los servicios de seguridad de los boliches nocturnos y de espectáculos deportivos, la vigilancia de grandes predios rurales, de guardaespaldas y de atención a las alarmas, que en general incluyen la respuesta de efectivos en el lugar. Los hay armados, con perros, a pie, motorizados e incluso a caballo en zonas agrarias. Esa amplia gama en el ejercicio de la seguridad privada se traduce en realidades variopintas y en salarios...
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