Se ha insistido en llamar a Sankara (1949-1987) “el Che Guevara africano”, apelativo que sólo puede explicarse por la manía de etiquetar, simplificando, de ciertos periodistas. Lejos del guerrillero heroico, Sankara hizo un recorrido político breve y original, marcado por el anticolonialismo, el feminismo, el ecologismo y un radicalismo político que le sumó enemigos en Francia y entre los gobiernos africanos. Asesinado por sus camaradas de uniforme, treinta años después los jóvenes burkineses reivindicaron su legado en la revuelta callejera que ganó las calles de Uagadugú en octubre de 2014 y que la prensa occidental se empeñó en llamar la “Primavera de Burkina Faso”.
Patria o muerte. Cupelin elige abrir el documental con una escena que suena a bravuconada del protagonista: “Estoy pronto p...
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