En otros tiempos –los cercanos a la crisis de 2002– elogiar al ex ministro de Economía parecía políticamente “inconveniente”, cuando menos “se recibían palos” por ello.1 El actual ministro Danilo Astori (entonces senador) fue uno de los que se aventuró a apoyar su gestión, además de hacerse presente en la ceremonia de asunción de Atchugarry, como otros frenteamplistas,2 en horas en que la situación social, económica y financiera era calificada como “dramática”.
Ahora alguien que quisiera y pudiera hacer lo mismo, pero al revés, podría ser acusado de atentar contra la figura de un “héroe de la República” –tal es la exaltación del ex presidente Julio María Sanguinetti–. Su fallecimiento y el paso de los años podrían hacer que su hazaña sea aun más grandilocuente.
En la visión del economista ...
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