“El amor dura tres años”
Entre Charles Bukowski, cuya imagen desencantada y fumona en una pantalla de televisión abre la película (“El amor es una niebla que se evapora con la luz de la realidad”, dice) y Shakespeare, que aparece más tarde para refutarlo (“El amor no se altera con sus breves horas y semanas, sino que se afianza incluso hasta en el borde del abismo. Si estoy equivocado y se demuestra, yo nunca nada escribí, y nadie jamás amó”), busca desarrollar su historia el director debutante Frédéric Beigbeder. Pero hay un tercer referente, y su sola presencia debería advertir hacia dónde va la cosa, el músico Michel Legrand, idolatrado por el protagonista. Su música más famosa es la de Los paraguas de Cherburgo, pero tiene un currículum melódico sentimental que sin duda no es para esc...
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