Arturo Dubra (1951-2013)
Somos una constelación entrelazada por la muerte, la desaparición, la tortura, la violación y los mil y un verdugueos que es capaz de crear el sadismo militar. La cofradía hermanada por el horror y el espanto, el miedo de cada mañana al no saber cómo vendrá la mano y la búsqueda de aire puro en la atmósfera putrefacta de la cloaca. Los porfiados sobrevivientes se encuentran en salas velatorias, el Cementerio de La Teja, las busecas de Ibiray y Crysol, las marchas del silencio y algunos otros puntos donde cruzar miradas y hacer gestos de mutua comprensión. En el diálogo recuperamos los antiguos códigos de la clandestinidad, el lenguaje de los locales abarrotados y esos recuerdos que, pese a las tentativas de tantos novelistas y poetas salidos del calabozo, son tan d...
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