Voy a encuentros iniciales, cuando era director de ese ejemplar periódico de izquierda, Época, en el que se fueron nucleando varios soñadores de ojos bien abiertos, hasta la clausura del diario, a fines de 1967, ya en democradura, con el autoritario presidente Pacheco Areco. No por azar creció, en esa etapa del periódico, la amistad de Eduardo con Guillermo Chifflet, dos seres que siempre han sabido ser críticos, aun dentro de las fronteras de la izquierda. En aquella etapa de Época, desde la sección música donde colaborábamos Coriún Aharonián y yo alguna vez, pudimos percibir la gran capacidad de Eduardo como timonel de un tan importante emprendimiento cultural. Esto, que había comenzado en la publicación del Partido Socialista El Sol, pasando por Época, lo confirmaría años más tarde diri...
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