La noche del 4 de febrero de 2006 la Guardia Urbana de Barcelona acudió al Palacio Alòs (un inmueble municipal abandonado, en el distrito de Ciutat Vella) con la intención de poner fin a una fiesta. La actuación policial desembocó en enfrentamientos con vecinos y asistentes a la fiesta. Un guardia quedó parapléjico. Poco después, nueve jóvenes, ajenos a los hechos, fueron detenidos y sometidos a malos tratos en dependencias policiales y, más tarde, encausados por diferentes delitos. Tres de los inculpados –dos chilenos y un argentino, todos ellos con pasaporte europeo– pasarían dos años en prisión preventiva (el máximo dispuesto por la legislación española) esperando su juicio. La Audiencia Provincial de Barcelona condenó a los tres sudamericanos (Rodrigo Lanza, Alex Cisternas y Juan Pinto...
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