El bautismo de fuego de Mikel Ayestarán fue en la guerra entre Hizbolá e Israel (Líbano, 2006), y dedicó los siguientes años a Irán, Irak, Afganistán y Pakistán. En la llamada “primavera árabe” de 2011 recorrió Túnez, Egipto, Libia, Yemen y Siria. Desde entonces ha viajado más de veinte veces a Siria. La última vez, cuando le hicimos esta entrevista, fue en diciembre de 2016, durante la ofensiva Tormenta del Norte, operación de las fuerzas leales al gobierno de Damasco para retomar la zona este de la ciudad de Alepo, dividida en dos desde el año 2012.
—En tus reportes aparecen dos caras de una ciudad completamente distintas. Una Alepo con vida casi normal que es difícil imaginar que existía, en la que miles de estudiantes van a la universidad, por ejemplo, y otra completamente destruida. ¿...
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