“Iron man 3”
Además de las dosis de humor canchero, acción espectacular y villanos megalómanos, elementos prácticamente obligados y de manual para esta clase de superproducciones familiares, los recursos para que la saga de Iron man mantuviera su interés y su intensidad fueron utilizados con resultados desiguales. Las películas se valieron, para mantener su ritmo, de una doble tensión intrínseca al personaje: su inestabilidad física o mental por un lado y, por otro, la inestabilidad de su armadura. Digamos que un millonario pedante y ególatra de la talla de Tony Stark no es, a priori, un protagonista que despierte simpatías masivas, por lo que se volvía necesario que las cosas le fueran realmente mal, que lo aquejaran dolencias físicas y mentales para generar la adhesión necesaria. Que la...
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