Al terminar las mañanas de paneles y conferencias en la semana de uno de los simposios (Trieste, 2002) que reúne anualmente a estudiosos del Ulises de James Joyce en el entorno del 16 de junio, fecha aniversario del florido día –Bloomsday– en que transcurre la novela, observé que un pequeño grupo de eminentes participantes del evento, munidos de cerveza y sándwiches, se concertaba un tanto secretamente para desaparecer a la hora del oficial almuerzo, desestimando así el circuito convenido por los organizadores. Supe luego que se trataba del grupo de amantes lectores de Finnegans Wake –el conocido geneticista Daniel Ferrer entre ellos– que también año a año, en la gozosa clandestinidad de esos mediodías, comparten novedades y hallazgos de esta novela de la oscuridad, la noche y los sueños a...
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