La oposición al gobierno de Dilma Rousseff –y a su posible reelección– suele levantar las manos al cielo e implorar con furiosa ansiedad: “El escándalo nuestro de cada semana, dánoslo hoy”. Lo hacen el neoliberal travestido de socialdemócrata Aécio Neves y sus aliados de siempre; lo hacen la dublé de evangélica y ambientalista travestida de novedad Marina Silva y sus nuevos aliados, y lo hace fundamentalmente el principal núcleo de la oposición, los grandes conglomerados de comunicación.
Pues en estos últimos días la respuesta a esa oración vino con fuerza descomunal: volvió Paulo Roberto Costa, quien durante ocho años –de 2004, con Lula da Silva presidente, a 2012, con Dilma– fue uno de los directores de Petrobras, la estatal del petróleo, uno de los puestos más ambicionados del país. Des...
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