El médico Carlos Güida lleva casi treinta años insistiendo en la necesidad de redefinir la condición del varón, es decir, que una sociedad que respete los derechos de las mujeres no se construye sólo con leyes, sino que reclama hombres capaces de recrear su lugar en ella.1
Su descubrimiento personal del patriarcado asomó en la adolescencia, pero fue en la Facultad de Medicina de los años de la transición democrática donde se consolidó. “Me acuerdo claramente de un profesor que nos hizo examinar a una mujer en un centro de salud de la Ciudad Vieja. Todos los estudiantes de medicina teníamos acceso al cuerpo de la mujer porque después de todo era una prostituta. Teníamos un supuesto derecho a hacer el tacto genital pues era una mujer pública y se estaba atendiendo en un sistema público”, nar...
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