Sin embargo, en ese 1985 había 49 salas en Montevideo y se vendieron 3.450.573 entradas; nueve años más tarde serían apenas 794.992, el piso más bajo en cuanto a taquilla. La televisión a color y el vhs, que comenzaba su marcha triunfal en el terreno de la exhibición a domicilio sembrando videoclubes por toda la ciudad, vaciaron las salas de las vecindades y erosionaron el número de asistentes a los cines de estreno. Pero ahí estaban todavía, aunque no por mucho tiempo, el Plaza, el Central, el Trocadero, el Radio City, el Ambassador, el California, el 18 de Julio, el más modesto Luxor, y en Pocitos el Casablanca, extrañando quizá a su demolido vecino Biarritz. Ese mismo 1985 abrieron sus puertas, en Barreiro y Berro, los cines Alfa y Beta, sumándose el Gamma en 1994 –Alfabeta desde 1997–,...
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