—Ubicado detrás del Cerro, en la continuación de la calle Estados Unidos, cruzando Camino Cibils, el Cep tiene desde hace más de 10 años dos programas socioeducativos, el Club de Niños y el Centro Juvenil, destinados a fortalecer las trayectorias educativas de niños y adolescentes, de modo que no queden truncas. En 2014 creó además un liceo, ¿por qué abrir una propuesta de educación formal?
—Empezamos a ver que muchos niños que terminaban su pasaje por el Club de Niños, tras egresar de primaria, no se anotaban en el liceo o la Utu, o lo hacían, pero dejaban al poco tiempo. Pese al acompañamiento pedagógico y socioemocional que les dábamos, no seguían estudiando. Desde el Centro Juvenil buscábamos apuntalar esa continuidad educativa y acompañar la trayectoria en la educación formal. Si bien...
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