—Ahora hay algunos que se enteraron de que existen pobres y entonces quieren ser candidatos a intendentes –disparó José Mujica en el primer acto de campaña de la candidata a la comuna capitalina Lucía Topolansky. Su mensaje tenía un claro destinatario: Edgardo Novick. Mujica no había terminado de hablar cuando el susodicho ya había recibido tres llamadas que darían vuelta en 180 grados su escuálida proyección política. Sus asesores en marketing político, Pablo Marqués (de Punto Ogilvy), Alejandro Espina y Álvaro Ahunchain, lo llamaron eufóricos para notificarle que había llegado su momento: Mujica, el político más popular de Uruguay, le había dado la oportunidad de subir al ring y “polarizar” con él ideas y modos. Novick los escuchó, pero antes de permitirles esbozar una posible idea para ...
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