La sensación es un tanto escalofriante: viajar en un túnel del tiempo para mirar –desde un puesto de observación inmaterial, sin compromisos, tal como lo hace el periodismo “objetivo”– a las víctimas de ayer de la represión policial. El túnel nos ubica en las calles de Montevideo, en agosto de 1968, cuando la indignación estudiantil por el allanamiento a la Universidad de la República y el pisoteo de su autonomía se transforma en una ráfaga de manifestaciones “relámpago”, que enfrentan a pedradas a la Policía. En una de ellas, el lunes 12, en las inmediaciones de la Facultad de Veterinaria, desde un jeep policial, el oficial Enrique Tegiachi hace fuego contra un grupo de jóvenes. Líber Arce, estudiante de Odontología, cae herido, desangrándose mientras los policías, a punta de revólver, e...
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