El gobierno modificó el criterio para fijar los incrementos en los sueldos, y pasó de una modalidad que incluía el rango medio de la meta de inflación a los denominados “aumentos nominales”. Hasta el período pasado, las pautas incluían un porcentaje que se ubicaba en el medio de la inflación prevista. Si la previsión era entre un 3 y un 7 por ciento de incremento del Ipc, la pauta arrancaba con un 5 por ciento, ajustándose al año si la inflación resultaba superior a la esperada.
Entre 2005 y 2010 a ese piso del 5 por ciento se añadía una suba del salario real que tenía un mínimo del 2 por ciento, quedando cualquier porcentaje mayor a consideración de la negociación en los consejos de salarios por rama. Para el ciclo 2010-2015 se mantuvo la media de la inflación prevista en la pauta como ba...
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