Desde el principio quise que Brecha fuera un periódico latinoamericano –se adjudicaba la iniciativa Galeano– y siempre me dieron la razón, pero nunca me hicieron caso.” Con los años la insistencia continuó: “En América Latina solían ocurrir cosas interesantes que en Brecha no obtenían espacio u obtenían poquito, y en cambio ocurrían episodios nacionales muy menores, líos de parroquia local, que injustamente cubrían una página o media, y no daba”, argumentaba entonces Eduardo en busca de adeptos. La cosa nunca prosperó, y él mismo entendía comprensibles los argumentos para la derrota: la sospecha de que no habría un público lector que sostuviera la iniciativa y que las posibilidades de éxito de una publicación de esas características “eran muy difusas”. “En ese sentido le doy la razón a los...
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